



Los mejores platos que he comido en mi vida.
Se nota la calidad de los productos y la experiencia del chef.
Probamos diferentes platos y todos fueron inolvidables, una verdadera sinfonía toscana servida con elegancia y pasión (subí fotos para que los vean). Pero lo más impactante es el sabor: auténtico, intenso y con una identidad propia.
Mi recomendación: no se vayan sin probar el cinghiale al cioccolato, el “I’ buglione di Siglia”, la tagliatelle con ragù di coniglio, los gnocchi y, sin duda, mi postre favorito: la mousse di ricotta.
El servicio fue cálido, profesional y cercano. El ambiente del lugar te hace sentir en casa. También hay que resaltar su extensa selección de vinos. La camarera, que además es sommelier, nos recomendó dos vinos excelentes, perfectamente acorde a lo que comimos.
Si estás en la Toscana, este restaurante es una parada obligatoria. Yo claramente volveré 🤤😍